Una sociedad justa tiene que ser una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades para todos. A lo largo de la Historia los más fuertes siempre han dominado las relaciones sociales y han detentado el Poder. Y ese poder, económico, político y social, ha establecido sociedades injustas donde ha habido sufrimiento continuo y dolor. Hoy, ese sufrimiento y dolor todavía continúa. En los países más avanzados se han ido consiguiendo metas de igualdad y justicia aunque aún hay mucho que conseguir. Pero en algunas zonas del planeta todavía hay personas que viven en condiciones terribles. La mayoría, es un hecho, son mujeres y niños, y fundamentalmente niñas, que sufren discriminación y explotación. Hoy, en el siglo XXI, la esclavitud solo ha sido abolida de nombre pero no de hecho. Existe la esclavitud de los que malviven por un salario que escasamente les permite comer, esclavitud laboral, pero también la esclavitud sexual. Mafias que dominan el mercado de la carne humana, que trafican con mujeres y niñas, que las compran, venden, utilizan y alquilan. Esta lacra es algo contra lo que hay que luchar con todas nuestras fuerzas.
El día cero de la discriminación es una fecha conmemorativa y se celebra cada 1 de Marzo y es un día de concienciación para eliminar la discriminación.
Muchos colectivos femeninos han hecho bandera de este día, y también la Organización de la ONU de la lucha contra el Sida, pues los enfermos de sida son también objeto de discriminación.
Hoy, cuando el mundo se encuentra amenazado por un virus nuevo no podemos olvidar los virus sociales de siempre que se mantienen. El de la discriminación por sexo y raza sigue sin erradicar sobre la Tierra. Y existe, en mayor o menor grado, en todos los países.
Seamos combativos, de palabra y obra, contra este mal de la Humanidad que no puede llamarse tal mientras la discriminación exista. La discriminación de hecho y la discriminación legal que sin duda vivimos incluso en Occidente tiene que ser DISCRIMINACIÓN CERO. No basta con los avances que se van consiguiendo. La lucha continúa. Y el testimonio y nuestra actitud, individual y colectiva, no puede faltar. Ni este 1 de Marzo ni nunca.